Otro año más llegaron los Pilares, sus celebraciones a Zaragoza y a las aulas de nuestro centro.

En las clases de 3 años hemos trabajado las fiestas del Pilar haciendo distintas actividades.

Disfrutamos mucho votando entre todos por el cabezudo que íbamos a pintar en clase. El Morico tan querido por muchos niños, fue el que elegimos como favorito en varias de ellas.

Además decoramos un mantón con flores de diferentes colores y tamaños. Nosotros mismos las pintamos, picamos y pegamos en el mantón.

Gracias  a la colaboración de todas las familias, las aulas se llenaron de muchos cabezudos. Dedicamos una mañana a ver el estupendo trabajo que habíamos hecho con las mamas y papás, los abuelos o con nuestros tíos. Algunos explicamos cómo creamos el cabezudo. Otros inventaron nombres nuevos para sus cabezudos y hasta canciones para cantarles.

El último día antes de comenzar las fiestas, tuvimos una visita esperada por muchos. Vinieron los cabezudos de verdad. Los que nos encorren en los barrios.

La expectación ante su llegada, dio paso a lloros al verlos al otro lado del cristal. Menos mal que el AMPA nos había preparado un delicioso almuerzo con chocolate y bizcochos. Y nos ayudó a reponer fuerzas y pasar el mal trago de ver a los cabezudos.  Nos pusimos las botas, algunos hasta repetimos.

Después salimos al patio con nuestros cabezudos. Y nos volvimos a encontrar a los de verdad. Como el patio es grande, pudimos observarlos desde la distancia. Muchos nos acercamos. Incluso los que tuvimos miedo en su primera visita fuimos valientes y les dimos la mano.

Antes de irnos a comer, pasamos por un photocall para hacernos unas fotos muy graciosas de baturricos y baturricas.

Por la tarde, cogimos nuestros cabezudos y salimos al patio. Hicimos nuestro propio desfile de cabezudos, sorprendiéndonos de todos los que habíamos traído. Fue una tarde muy especial y divertida.